Las truculentas aventuras de la despreciable Penélope de Santa María. Cachito 2

En cachitos anteriores: Mi nombre es Penélope de Santa María Narváez y disfruto de doble identidad. De día dama de la alta sociedad  y de noche puta del Raval.

CACHITO 2
Éramos y seguimos siendo una familia con recursos, muchísimos recursos. Me preguntarás ¿nunca dudaste del origen de esta desorbitada fortuna?. Nunca desconfié del buen origen de tantas y tantas posesiones. De todas formas, qué más da. He tenido todo lo que he deseado y sin necesidad de discutir. Soy eso que se dice una mujer con suerte.

Mis papás y mis dos hermanos, Alvarito y Marquitos, han vivido conmigo a veces sí y a veces no. Pero nunca he estado sola. En casa nos cuidaban Mina – la nurse de origen filipina que pasaba los días y las noches en casa y solo libraba una vez a la semana para visitar a su extensa familia – Marvin el jardinero, Carmencita y Tomasa las cocineras y Carles el responsable de servidumbre. Los quiero y he querido mucho pero nunca lo he demostrado. No hay necesidad de generar falsas esperanzas a los de su clase. Más que nada por no incomodarlos ¿no?
Mis adorables papás se conocieron en el boom turístico de los años 60. Él pasaba los veranos en la casa que la familia aún tiene en Calella de Palafrugell y mamá estaba de visita  de estudios en un colegio privado de la zona. Se conocieron en una fiesta de garoines que se celebraba por esos años y donde todos iban borrachos de ron cremat. Entre “El meu avi va anar Cuba” y “La bella Lola” se dieron el primer revolcón mientras disfrutaban de un baño en el desembarcadero privado que pertenecía a la propiedad familiar.
Si has visitado Calella de Palafrugell seguro has visto nuestra casona. Es la  de piedra que ocupa uno de los salientes costeros. Desconozco las hectáreas de la propiedad pero son muchas. De niña me perdía en ella y eran mis lloros de espanto los que alertaban a Mina, mi nurse. Aun hoy tengo un problema con la orientación espacial y me despisto en las propias Ramblas de Barcelona. No será la primera ni la última vez que deseo ir al mar y me encuentro amorrada a la horrorosa Plaça Catalunya.

Avance del tercer cachito: Dicen que me parezco físicamente a mi dominante tatarabuela paterna. Álvaro es la viva estampa de mi padre y Marquito es, es…

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